lunes, 19 de agosto de 2013

DIETAS DE MODA PARA ESTAR INFORMADO

Dietas de moda

En lo que refiere a las dietas y al cuidado de la salud, al igual que en muchos otros aspectos de la vida, no todo lo que brilla es oro…


Son numerosos los intereses económicos que giran en torno al adelgazamiento, ya que moviliza enormes sumas de dinero avocadas, supuestamente, “al servicio de la salud”. Los diversos métodos de adelgazamiento publicitados y promocionados, en ocasiones desvergonzadamente, proponen conductas que van desde lo aceptablemente lógico a lo irreversiblemente irreal y mágico. Las tandas publicitarias televisas muestran píldoras, alimentos en polvo y dietas que prometen lograr bajar de peso en pocos días, sin realizar ningún cambio en la dieta habitual, ni realizar ejercicio de ningún tipo; alcanzando una figura ridículamente esbelta en unos pocos días. Estos productos no sólo promueven lo imposible y representan una sustancial pérdida de tiempo y dinero, sino que también pueden constituir un grave riesgo a la propia salud.
Se las puede llamar “dietas de moda” debido a que son prácticas alimentarias populares de carácter transitorio, que carecen de respaldo científico y prometen resultados increíbles en poco tiempo, sin demandar sacrificios de ningún tipo. Con el objeto de evitar caer en engaños publicitarios, es útil conocer las más comunes dietas de moda, recordando siempre que: “si parece demasiado bueno para ser cierto, muy probablemente…  no lo sea”.

Dieta Atkins

            Restringiendo el consumo de hidratos de carbono y promoviendo el consumo excesivo y casi exclusivo de proteínas, esta dieta fue inmediatamente cuestionada por la comunidad científica tras su publicación. No tardó en demostrarse que aumenta el colesterol y el riesgo cardiovascular (entre otros). Más aún, no aporta cantidades suficientes de minerales y vitaminas y puede provocar efectos secundarios tales como fatiga y calambres.

Monodietas

Este tipo de dietas hace hincapié en el consumo exclusivo de tipos particulares de alimentos, afirmando que éstos tienen propiedades capaces de aumentar el metabolismo, es decir, permitir al cuerpo quemar más calorías en forma más rápida y eficiente. Sin embargo, no se ha demostrado que un determinado alimento por sí mismo promueva la pérdida de peso. Estas dietas no son recomendables debido a que  son incompletas (lo cual es bastante obvio al forzar al individuo a alimentarse a base de un único alimento). Además, no promueven ningún cambio en la conducta alimentaria, lo cual es, en definitiva, el objetivo final de toda dieta bien planificada.

Dietas hipocalóricas

            Contienen menos de 800 Kcal/día y son la base de libros y programas de dietas comerciales. Si bien no se restringe la variedad de alimentos, sí se restringen excesivamente las porciones. El problema, entonces, radica en que estas dietas se tornan insostenibles en el tiempo, pudiendo incluso provocar el temido “efecto rebote”, recuperando el individuo el peso que pudo haber perdido tras semanas de nutrirse inadecuadamente.

Dieta Scardale

            Esta dieta propone un plan alimentario específico y riguroso que debe seguirse por 14 días exactamente. Pasadas las dos semanas, sigue un período de otros 14 días que permite mayores libertades nutricionales con ciertas restricciones. Si bien puede permitir una cierta pérdida de peso, esta pérdida se deberá únicamente a la baja ingesta calórica que promueve y no a la dieta propiamente dicha. Además, el peso perdido será mayormente por pérdida de líquidos y se lo recuperará prontamente. En última instancia, esta dieta falla en cambiar positiva y definitivamente la conducta alimentaria.

Fórmulas dietéticas

            Consisten en reemplazar las comidas por un preparado comercial (en forma de batido, píldoras y barras, entre otras) de bajo contenido calórico. Estos preparados contienen grandes cantidades de fibra, la cual genera saciedad y reduce el apetito. Sin embargo, estos preparados no pueden, bajo ningún pretexto, sustituir la ingesta de alimentos naturales en proporciones y cantidades adecuadas. Entre los problemas más graves que esta dieta puede ocasionar, se encuentra la disminución de la capacidad de absorción de nutrientes a nivel intestinal.


Para evitar ser víctima de una fraudulenta dieta de moda, es necesario, ante todo, informarse adecuadamente. Si una dieta promete resultados increíbles en plazos excesivamente cortos, sospeche. En ciertos casos, algunas dietas pueden permitir bajar realmente de peso, pero de formas peligrosas y solamente temporales. Asimismo, sospeche de dietas que se promocionan mediante promesas de comer todo lo que uno desee, sin necesidad de realizar ejercicio físico. Recuerde que la pérdida sostenida y duradera de peso es un proceso que requiere de dedicación y compromiso, los dos pilares básicos para el éxito de cualquier tratamiento. Las soluciones mágicas, por triste que sea, no existen. Por otro lado, jamás reemplace la opinión de profesional especializado del ámbito de la salud por el “consejo” de “gurúes” y demás personalidades excéntricas de publicidades televisas, ya que, cuando el comercio interfiere con el cuidado de la salud, la salud raramente sale beneficiada.        

LICENCIADA EN NUTRICION
ADRIANA S.MANNARINO

M:N.5747-M:P.1617

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